miércoles, 7 de julio de 2010

Celestina


Era la persona más importante de la casa. Manejaba la cocina y las llaves de las alacenas. Era necesario complacerla.

Para que fuera feliz, había que darle malas noticias: esas noticias eran tónicos para su cuerpo, deleites para su espíritu.

Celestina, hoy, mientras daba a luz, murió de un ataque al corazón la señora Celina Romero, aquella mujer simpática y bondadosa, a quien convidó usted con carbonada y niños envueltos. Nadie se ocupará del hijo, que tiene dos cabezas y una sola oreja.

–¿Y en todo lo demás el niño es normal?

–No. Tiene el talón del pie colocado adelante, los dedos en el talón, además de las pestañas dentro de los párpados. Hablan de hacerle una operación.

–¡Qué pavada operar a un recién nacido!

Celestina se incorporaba en la silla, como en el agua una flor marchita, y revivía.

–Celestina, hay terremotos en Chile; maremotos también. Ciudades enteras han desaparecido. Los ríos se transforman en montañas, las montañas en ríos. Se desbordan, se vienen abajo. Predicen el fin del mundo.

Celestina sonreía misteriosamente. Ella que era tan pálida, se sonrojaba un poco.

–¿Cuántos muertos? –preguntaba.

–Todavía no se sabe. Muchos han desaparecido.

–¿Podría mostrarme el diario?

Le mostrábamos el diario, con las fotografías de los desastres. Las guardaba sobre su corazón.

–¡Qué broma! –respondía.

–Celestina, la criminalidad infantil aumenta. Ayer, mientras el señor Ismael Rébora, que usted conoce, dormía, con la dosis habitual de somnífero, su nieto, Amílcar, de ocho años de edad, con el cuchillo que utilizaba para sacar punta a los lápices y a las cañas de bambú, le infirió varias heridas mortales. El señor Ismael Rébora tuvo tiempo de encender la luz para ver como le asestaban la cuarta puñalada y comprobar que el autor del hecho, no sólo era un niño, sino su nieto, amargura que para él duró la fracción de un segundo, pero no para su familia, que ocultó el asesinato con éxito, y que tiene que convivir ahora con un pequeño criminal que asesinará con el tiempo al resto de la familia.

–A lo mejor –respondía Celestina.

Durante horas fue amable, bondadosa, alegre, casi bonita; tarareaba una canción española, que expresaba claramente su regocijo.

Celestina podía vivir en carne propia las malas noticias.

–Esta casa está incendiándose –le dijeron un día–. Los bomberos ya están al pie del edificio, tratando de apagar el incendio. No, no es una broma. De los grifos, en vez de agua, salen llamas. No podemos salvarnos, porque la escalera que da al pasillo de la puerta de calle está ardiendo y la de servicio está obstruida por los tirantes de madera que cayeron. De cada ventana se asoma el fuego, con sus ojos de anguila eléctrica.

Celestina, reconfortada con la mala noticia, se salvó del incendio sin una quemadura. Los otros inquilinos de la casa murieron o se salvaron con quemaduras de tercer grado.

A veces, por increíble que parezca, no hay malas noticias en los diarios. Es difícil, pero sucede. Entonces, hay que inventar crímenes, asaltos, muertes sobrenaturales, pestes, movimientos sísmicos, naufragios, accidentes de aviación o de tren, pero estas invenciones no satisfacen a Celestina. Mira con cara incrédula a su interlocutor.

Y llegó un día en que tuvimos sólo buenas noticias, y la imposibilidad de inventar malas noticias.

–¿Qué hacemos? –preguntaron Adela, Gertrudis y Ana.

–¿Buenas noticias? No hay que dárselas –dije, pues me había encariñado con Celestina.

–Algunas poquitas no le harán daño –dijeron.

–Por pocas que sean, le harán daño –protesté–. Es capaz de cualquier cosa.

Nos secreteábamos en las puertas. ¡Aquel último accidente, horrible, que yo le había anunciado, la dejó tan contenta! Fui personalmente a ver el tren descarrilado, a revisar los vagones en busca de un mechón de pelo, de un brazo mutilado para describírselo.

Como si hubiera presentido que estábamos preparándole una emboscada, nos llamó.

–¿Qué hacen? ¿Qué están complotando, niñas?

–Tenemos una buena noticia –dijo Adela, cruelmente.

Celestina palideció, pero creyó que se trataba de una broma. El sillón de mimbre donde estaba sentada, crujió debajo de su falda oscura.

–No te creo –dijo–. Sólo hay malas noticias en este mundo.

–Pues, no, Celestina. Los diarios están llenos de buenas noticias –dijo Ana, con los ojos brillantes–. De acuerdo con las estadísticas, se han podido combatir eficazmente las peores enfermedades.

–Son cuentos –musitó Celestina–. ¿Y tú, con esa carita triste, qué noticia me traes? –me dijo débilmente, con una última esperanza.

–Los crímenes han disminuido notablemente –exclamó Adela.

En cuanto a la leucemia, es una historia antigua –musitó Gertrudis.

–Y yo gané a la lotería –dijo Ana diabólicamente, sacando un billete del bolsillo.

Esas voces agrias, anunciando noticias alegres, no auguraban nada bueno. Celestina cayó muerta.

51 comentarios:

  1. De poetas y de locos, todos tenemos un poco!

    ResponderEliminar
  2. Holaa, es genial este cuento, pero estoy buscando una reseña y no puedo encontrarla por ningún lado!!
    ¿Alguien me podría decir donde puedo encontrar una reseña de este cuento?
    Gracias

    ResponderEliminar
  3. ME LO LEYÓ LA PROFE DE lengua en el secundario y jamás ME LO OLVIDE!! 15 Años ATraS!

    ResponderEliminar
  4. La trama es Narrativa, pero durantre el cuento podemos encontrar tramas descriptivas y conversacional

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. TA RRE CHETO PERRO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  7. FELIZ CUMPLE FUKUUUUUUUUUU
    あなたに幸せな誕生日

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ハッピーバースデー
      私たちはあなたに
      誕生日(名前)
      幸せな誕生日

      彼は喜んでそれらを果たすだろう、
      彼は彼らを再び遂行し、
      それらを履行し続けるために、
      3000年まで。

      Eliminar
  8. CHICOS HABIA QUE LEER UN CAPÍTULO DE LA BIBLIA!!!!!!

    ATTE: NAHIA

    ResponderEliminar
  9. un libro que puede aplicarse en tutoría
    muy interesante

    ResponderEliminar
  10. la vida es como pánella
    una perdida de tiempo ahke

    ResponderEliminar
  11. De que color era la ropa de celestina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Celestina llevaba puesto una falda oscura, según lo que leí

      Eliminar
  12. De dónde vienen de Saturno pelotudos

    ResponderEliminar
  13. necesito saber las caracteristicas del personaje principal me las dicen pliss.

    ResponderEliminar
  14. Xdxdxd esto es lo más tonto que leí

    ResponderEliminar
  15. algunos: *leyendo el cuento*
    yo: *leyendo los comentarios de hace 3 años atras de personas escribiendo bolidecez y riendome jajajajaja*

    ResponderEliminar
  16. algunos: *leyendo el cuento*
    yo: *leyendo los comentarios de hace 3 años atras de personas escribiendo bolidecez y riendome jajajajaja*

    ResponderEliminar
  17. Jajajajajaja como me alegraron el dia lpm

    ResponderEliminar
  18. Podrían decirme la causa del desenlace final

    ResponderEliminar
  19. A la verga con estos pinches pendejos forros que en vez de ayudar comentan cosas absurdas del texto

    ResponderEliminar
  20. Busquen la palabra respeto al prójimo y estudien atrevido----🙅

    ResponderEliminar